La relación entre la cultura organizacional y la estrategia empresarial es fundamental para comprender cómo las organizaciones enfrentan y superan los desafíos en un entorno competitivo y en constante cambio.


Cuando se afirma que "la cultura impulsa la estrategia, y la estrategia dicta qué desafíos enfrentará la organización", se está resaltando la importancia de la cultura como un motor que impulsa las decisiones estratégicas y define la forma en que una empresa aborda sus desafíos.

En primer lugar, la cultura organizacional establece las normas, valores y creencias compartidas que guían el comportamiento y las decisiones de los miembros de una organización. Estos elementos culturales influyen en cómo se perciben y abordan los desafíos dentro de la empresa. Por ejemplo, una cultura que valora la innovación y la toma de riesgos puede impulsar una estrategia que fomente la experimentación y la búsqueda de nuevas oportunidades de crecimiento.

Por otro lado, la estrategia empresarial se desarrolla en respuesta a los desafíos y oportunidades identificados en el entorno externo e interno de la organización. Esta estrategia se ve moldeada por la cultura organizacional, ya que debe alinearse con los valores y las capacidades de la empresa. Además, la estrategia puede influir en la cultura al establecer prioridades y objetivos que afectan el comportamiento y las normas dentro de la organización.

Cuando una empresa enfrenta desafíos recurrentes, es probable que estos estén arraigados en su cultura organizacional y en la forma en que históricamente ha abordado esos desafíos. Por ejemplo, una empresa con una cultura orientada hacia la burocracia puede enfrentar desafíos relacionados con la falta de agilidad y la toma de decisiones lenta. En este caso, la estrategia empresarial debe abordar estos desafíos mediante la implementación de cambios culturales y estructurales que fomenten la agilidad y la innovación.

Por último, es importante reconocer que la relación entre cultura y estrategia no es estática. Las organizaciones pueden cambiar su estrategia en respuesta a nuevos desafíos u oportunidades, y este cambio estratégico puede influir en la cultura organizacional. Del mismo modo, las iniciativas destinadas a cambiar la cultura de una organización pueden afectar la formulación y ejecución de la estrategia empresarial.

En resumen, la cultura organizacional y la estrategia empresarial están intrínsecamente relacionadas, y ambas juegan un papel crucial en la forma en que una organización enfrenta y supera los desafíos. Al comprender y gestionar esta relación de manera efectiva, las empresas pueden mejorar su capacidad para adaptarse y prosperar en un entorno empresarial dinámico y competitivo.

Cuando el director establece la estrategia, decide qué piezas interpretar y cómo hacerlo. La cultura de la orquesta, su capacidad para trabajar en equipo y seguir las directrices del director, determinará qué tan efectivamente ejecutan la estrategia. Si la cultura promueve la disciplina y la colaboración, la orquesta podrá interpretar las piezas de manera brillante. Pero si la cultura es desorganizada o desmotivada, la ejecución será caótica, sin importar cuán sólida sea la estrategia.




By Amor Oliva Ramón.